La Universidad de Granada, junto con la del Norte de Texas, está llevando a cabo un estudio experimental para extraer datos genéticos concretos de una persona a partir de restos orgánicos como una muestra de sangre o un cabello.
El estudio, aún en fase experimental, pretende tener una aplicación fundamentalmente policial, ya sea para contribuir a la identificación de niños desaparecidos o al esclarecimiento de un crimen. Según José Antonio Lorente (director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada), la extracción de datos genéticos a partir de muestras biológicas permitiría conocer que una mancha de sangre hallada en el escenario del crimen pertenece a un varón o a una mujer de unas determinadas características, en cuanto al color de pelo o de los ojos, lo que eliminaría a algunos sospechosos.
El objetivo de ese programa, que ha permitido ya más de 300 reagrupamientos familiares en los quince países que se han sumado a la iniciativa, es lograr que cada país disponga de su propio registro informático con datos genéticos tanto de niños sin identificar que constan como desaparecidos, como de sus familiares para poder cotejarlos. Además, este estudio permitirá luchar contra el tráfico de seres humanos, especialmente de niños, a través de la identificación genética.