Podemos situar la aparición de la vida en la Tierra hace unos 4000 millones de años en la región de Isua (Groenlandia). Allí se han encontrado unas rocas que se depositaron en el fondo de un mar poco profundo hace 3850 millones de años. Como los seres vivos poseen un tipo de proteína que les permite asimilar el isótopo 12C y no el 13C, es lógico pensar que los sedimentos donde haya habido seres vivos queden enriquecidos en 12C. Y eso es lo que se ha descubierto en estas rocas, por tanto, podemos decir que la vida dejó sus primeras huellas en esta zona.
También parece claro que los primeros organismos que aparecieron en el planeta Tierra eran acuáticos puesto que en la protoatmósfera no había oxígeno y, por consiguiente, tampoco ozono que protegiese la superficie terrestre de los letales rayos ultravioletas. Además, sabemos que estos organismos primitivos vivían en aguas muy cálidas ricas en minerales disueltos, procedentes del volcanismo submarino, por tanto, no necesitaban la energía solar.
Sin embargo, aún quedan muchas lagunas que científicos e investigadores han sido incapaces de cubrir. Esperemos que el paso del tiempo nos de las respuestas. Rocas de la región de Isua
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